“Como las cosas humanas no sean eternas, yendo siempre en declinación de sus principios hasta llegar a su último fin, especialmente las vidas de los hombres y como la de don Quijote no tuviese privilegio del cielo para detener el curso de la suya, llegó su fin y acabamiento cuando él menos lo pensaba”

Miguel de Cervantes. "Don Quijote de la Mancha".



jueves, 18 de septiembre de 2014

La ley



No sé casi nada sobre la ley, sólo que cuando un hombre corriente se pone en contacto con ella, aunque su causa sea justa, es probable que su alma y su bolsillo sufran grades daños.


"El ayudante del cirujano"
Patrick O'Brian



martes, 16 de septiembre de 2014

La desaparición del capitalismo

'El capitalismo tal y como lo conocemos va a desaparecer' 
Jeremy Rifkin
Economista, consultor y asesor de Merkel, Hollande o Renzi.
Asegura que la economía colaborativa es la última esperanza para el mundo.


Un viejo chiste atribuido a Winston Churchill dice que si juntas cinco minutos en una habitación a dos economistas saldrán dos opiniones, salvo que uno de ellos fuera John Maynard Keynes, en cuyo caso habría tres opiniones diferentes. Si hoy se le pregunta a dos personas diferentes qué opinan de Jeremy Rifkin ocurre algo muy parecido, salvo que las probabilidades de que sean tres visiones muy extremas es altísima.


Rifkin (EEUU, 1943) es una de las voces más influyentes a nivel mundial. Escribe en los principales medios de comunicación, sus libros se venden como rosquillas, llena auditorios y los líderes políticos de tres continentes se pelean por invitarlo a su mesa. Durante años, fue asesor de Zapatero, y todavía hoy, a pesar del tiempo transcurrido, arremete sin necesidad de que se le pregunte contra Mariano Rajoy por frenar la inversión en renovables.

Economista y teórico social, da conferencias por medio mundo hablando de La Tercera Revolución Industrial y de La sociedad de coste marginal cero (Paidós), la obra que ha venido a presentar a Madrid invitado por la Fundación Rafael del Pino. Un mundo donde fabricar es cada vez más barato y donde las impresoras 3D convertirán a cientos de millones de personas en prosumidores, una mezcla de consumidores y productores inédita en la Historia.

En 2007, Angela Merkel lo llamó a consultas. François Hollande, también. Y el apoyo del premier chino, Li Keqiang, le ha llevado a vender medio millón de ejemplares de una apasionada defensa de un mundo poscarbono. Pero las grandes empresas lo aborrecen por sus feroces críticas a los combustibles fósiles y entre sus pares, los economistas, las críticas son muy duras.

Gana millones como consultor, pero sus textos, largos, llenos de ideas, nombres, referencias e hipótesis, desbordan confusión. «Vende motos, pero las vende muy bien», dicen. Una mezcla de Paul Krugman y Paulo Coelho que llega directamente a los núcleos de poder y entra en vena a los que mandan.

Rifkin cree que el capitalismo, tal y como lo conocemos, no es que vaya a desaparecer, sino que ya lo está haciendo. Que en 2050, menos de dos generaciones, será algo mucho más próximo a la economía colaborativa que a la búsqueda de interés propio. Que el viejo paradigma de Adam Smith ha sido desmontado y será reemplazado cuando lleguen al poder, económico, político y cultural, la generación que se ha criado después de Napster, acostumbrada a compartirlo todo por internet.

El mundo del futuro, asegura, será mejor y más sostenible porque colaboraremos en busca del bien común no para combatir la escasez, sino para generar prosperidad. Dice no ser un utópico y señala que compartir y colaborar no arreglará todos los problemas. Jura y perjura que vive en el mundo real, pero el siglo XXI que Rifkin dibuja en su obra es de color de rosa. Siempre y cuando se le haga caso al pie de la letra.




jueves, 4 de septiembre de 2014

Clandestinos solares

¿Se imagina usted que su gobierno quisiera cobrarle por cada kilo de tomates o lechugas que produce en su huerto para su propio consumo?

Pues eso es lo que pretende el Gobierno de España con la producción de electricidad para el autoconsumo.

En uno de los países europeos con más sol, el Gobierno de España hace todo lo posible por penalizar el autoconsumo de electricidad con placas fotovoltaicas. 

La estrambótica legislación en marcha ha parado en seco las grandes expectativas del mercado solar. Pero ciudadanos rebeldes han optado por la clandestinidad, a pesar de multas de hasta 60 millones de euros

En este vídeo nos subimos al tejado de tres clandestinos solares, Montse, Wouter y Roger: 

“¿A quién le da miedo que usemos el sol?”



Esto, por mucho que le guste o no a los gobiernos y las grandes empresas del oligopolio eléctrico, no tiene vuelta atrás, y lo saben. Es algo imparable, por ser una energía renovable, y porque ya es más económica.



Fuente vídeo: "Ballena Blanca; Revista de Medio Ambiente y Economía"