UN SINDIÓS: “Todo este programa reformador de gran calado no puede ponerse en marcha sin mentir”. Por Juan José Millás.
Desde
que los ministros de Rajoy, en especial Montoro y Ana Mato, decidieron explicar
didácticamente los porqués de la demolición del Estado, entendemos las cosas
mucho mejor. He aquí un resumen, claro como el agua, de sus argumentos:
Se pone
precio a la sanidad para que continúe siendo gratuita y se expulsa de ella a
determinados colectivos para que siga siendo universal. Se liquidan las leyes
laborales para salvaguardar los derechos de los trabajadores y se penaliza al
jubilado y al enfermo para proteger a los colectivos más vulnerables.
En cuanto a la educación, ponemos las tasas
universitarias por las nubes para defender la igualdad de oportunidades y
estimulamos su privatización para que continúe siendo pública. No es todo, ya
que al objeto de mantener el orden público amnistiamos a los delincuentes
grandes, ofrecemos salidas fiscales a los defraudadores ambiciosos y metemos
cuatro años en la cárcel al que rompa una farola.
Todo este programa reformador de gran calado no puede
ponerse en marcha sin mentir, de modo que mentimos, sí, pero al modo de los
novelistas: para que la verdad resplandezca. Dentro de esta lógica implacable,
huimos de los periodistas para dar la cara y convocamos ruedas de prensa sin
turno de preguntas para responder a todo.
Nadie que tenga un poco de buena voluntad pondrá en duda
por tanto que hemos autorizado la subida del gas y de la luz a fin de que
resulten más baratos y que obedecemos sin rechistar a Merkel para no perder
soberanía. A no tardar mucho, quizá dispongamos que los aviones salgan con más
retraso para que lleguen puntuales.
Convencidos de que el derecho a la información es sagrado
en toda democracia que se precie, vamos a tomar RTVE al asalto para mantener la
pluralidad informativa. A nadie extrañe que para garantizar la libertad,
tengamos que suprimir las libertades.
El País, 27 de abril de 2012.
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