“Como las cosas humanas no sean eternas, yendo siempre en declinación de sus principios hasta llegar a su último fin, especialmente las vidas de los hombres y como la de don Quijote no tuviese privilegio del cielo para detener el curso de la suya, llegó su fin y acabamiento cuando él menos lo pensaba”

Miguel de Cervantes. "Don Quijote de la Mancha".



viernes, 13 de enero de 2012

Pollo al Clamoxil



Alemania ha decidido, ahora, tomar el control sobre la administración indiscriminada de antibióticos en las granjas alemanas. Esta práctica no es algo habitual en Alemania, sino en cualquier granja de producción "industrial" de animales para el consumo humano del mundo.

En pocas palabras, porque no es mi objetivo aburrir; un pollo estornuda, y se les administra antibióticos a él, y a los 100.000 compañeros de apretada morada. O mejor, antes de que el pollo se resfríe, se les añade la "dosis de antibiótico preventivo" deseada al pienso (dudoso alimento que engullen durante su corta vida, porque estos pollos no saben lo que es un grano de maíz, una hierba verde o un corral).

¿Qué por qué ha decidido regular el uso de antibióticos? Bueno, pues porque las bacterias que cohabitan con estos pollos, hartas de almorzar todos los días antibióticos, se acaban haciendo resistentes a éstos. De tal manera, que usted con el mismo cuchillo con el que ha troceado un pollo para guisarlo "al clamoxil", sin darse cuenta corta también una rodajita de chorizo para picotear mientras cocina, y.... ¡zassssss! Infección bacteriana al canto.

Procedimiento de cura: administración de antibióticos. Sorpresa, tu amiga bacteria, se ríe y dice: - ¿Pero qué me estás contando? Si esto es lo que desayuno yo todos los días: sulfonamidas, trimetoprimas, tetraciclínas y penicilinas. Y sorpresa, no hay manera de curarte.

Bruno González Zorn, investigador del Servicio de Vigilancia Sanitaria VIVASET, de la Universidad Complutense, quien acaba de ser galardonado con el premio Jaime Ferrán, que cada dos años otorga la Sociedad Española de Microbiología al científico más destacado en este campo menor de 40 años, asegura que ya hay bacterias patógenas súper resistentes a todos los antibióticos conocidos. Para luchar contra ellas, se ha tenido que recurrir a antibióticos desechados a mediados del siglo pasado por su toxicidad.  Y advierte que se si no se cambia la política y la forma de luchar contra el problema, las bacterias acabarán ganando la guerra (leer).

¿Tomaremos nota?

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